Grandes personajes olvidados granadinos V: María Pacheco
Descubre la historia de María Pacheco, la granadina nacida en la Alhambra que desafió a un imperio y se convirtió en la legendaria “Leona de Castilla”.
María Pacheco: La Leona de Castilla acunada en la Alhambra
¿quién fue realmente María Pacheco?
Antes de convertirse en una leyenda, y símbolo de resistencia de la mujer granadina, que podría haber inspirado a la mismísima, , Mariana Pineda. María Pacheco nació en la misma Alhambra en 1496, en pleno corazón del poder nazarí recién cristianizado. Criada entre sus palacios, entre saberes renacentistas, entre jardines donde se mezclaban aromas de arrayán y sobre todo, auténtica política real. Era hija del poderoso Íñigo López de Mendoza, primer alcaide cristiano del recinto.
Los cronistas (como Mártir de Anglería y las Crónicas Comuneras) la describen como “cultísima, valiente y de carácter ardiente”. Cualidades que la forjaron, para ser una auténtica líder.
Una infancia granadina: libros, espadas y algún que otro lío morisco
Si hoy visitas los Jardines del Partal de la Alhambra, estás pisando justo donde estuvo el palacio nazarí en el que nació. Allí comenzó su educación, donde aprendió latín, griego, aritmética y política gracias al humanista Pedro Mártir de Anglería.
Vamos, que mientras otros niños jugaban al escondite entre jardines, María Pacheco recitaba Cicerón.
Además, la historia cuenta que en 1499, durante la revuelta del Albaicín, ella, su madre y sus hermanos fueron retenidos como rehenes en el barrio morisco, hasta que se tranquilizaron los ánimos.
Amor, rebeldía y un matrimonio que hizo historia
A los 15 años, su padre la prometió con Juan de Padilla, un joven militar toledano sin títulos nobiliarios.
¿Reacción de María? → “¿Perdona? ¿En serio?”
Demostrando su fiereza e independencia de carácter, al contrario de lo que era habitual por aquella época, se rebeló, se indignó, finalmente accedió… y terminó completamente enamorada.
Tanto, que aún después de su muerte lo defendería hasta perderlo todo.
Granada y Toledo: dos escenarios, una misma llama
En 1516 dio a luz en Granada a su hijo Pedro, antes de mudarse a Toledo, donde Padilla heredó el mando militar de la ciudad.
Granada siguió siendo su refugio emocional: allí regresaba, allí estaban sus raíces, su familia, sus lecturas, y allí moriría también su primer hijo.
La Revuelta Comunera: El fuego que encendió a María Pacheco
Cuando Carlos V llegó a España en 1517, el ambiente ya venía cargado. Educado en Gante, sin hablar castellano y rodeado de consejeros flamencos y borgoñones que se repartían cargos y privilegios, despertó un profundo malestar en Castilla. A ello se sumaba la crisis provocada por sus políticas económicas, que perjudicaban a la lana castellana para favorecer los productos de Flandes.
La chispa estaba encendida.
En 1520, dieciocho ciudades castellanas —entre ellas Toledo— dijeron basta y estalló la guerra. Padilla (esposo de María) , Bravo y Maldonado lideraron la Revuelta Comunera, un movimiento que reivindicaba justicia fiscal, autonomía municipal y respeto para Castilla.
En medio de esta guerra civil, la familia granadina de María Pacheco se alineó con el bando contrario imperial: su hermano, Luis Hurtado de Mendoza, era capitán general de Granada y frenó cualquier intento comunero en Andalucía, incluso enviando tropas contra los sublevados.
El desastre llegó el 23 de abril de 1521, cuando los ejércitos comuneros fueron derrotados en Villalar. Padilla, junto a Bravo y Maldonado, fueron ejecutados al día siguiente. Sus cabezas desfilaron en picas por Castilla. La noticia llegó a María en Toledo… y lo cambió todo.
Mientras muchos varones valientes, tiraron la toalla, ella tomó el mando. Con una determinación feroz, María Pacheco se puso al frente de Toledo, reforzó murallas, artilló torres y resistió desde el alcázar primero y luego desde los bastiones de la ciudad.
Durante nueve meses, Toledo soportó bombardeos, hambre, deserciones y traiciones, pero María rechazó toda negociación —incluidas las súplicas de su propia familia— y defendió la ciudad como una auténtica general.
Su resistencia convirtió a Toledo en el último bastión comunero y a María Pacheco en un símbolo eterno de valentía, dignidad y desafío frente al poder.
Los cronistas la llamaron “la Capitana”. La historia la llamó la Leona de Castilla.
Huida, exilio y una muerte sin perdón
A pesar de su resistencia, comprendió que su oposición acabaría con las calles de Toledo, llenas de muertos amontonados, y disfrazada de mendiga, escapó a Portugal. Vivió años protegida por nobles locales y murió en Oporto en 1531, a la temprana edad de 34 años.
Fue enterrada en la catedral de Oporto, pero sus restos se perdieron tras las reformas del templo. Su gran deseo nunca se cumplió: reposar junto a su marido en Toledo.
María Pacheco nunca perdonó a Carlos V por decapitar a su marido, ni el emperador a la líder comunera, por no someterse. De hecho ordenó demoler todas sus casas en Toledo desposeerla de sus bienes y sembrar los solares de sal.
A pesar de múltiples intentos por parte de su familia, e incluso tras su muerte, nunca le fue concedido el perdón por la monarquía española.
La huella de María Pacheco en Granada (que muy pocos conocen)
Aunque la épica comunera suele contarse desde Castilla, la mitad del ADN de esta rebelión nació en Granada.
- Nació y creció en la Alhambra, entre visires, diplomáticos y humanistas.
- Su familia, los Mendoza, gobernaron el recinto durante generaciones.
- Su espíritu indomable estaba impregnado del choque cultural que vivía Granada tras 1492.
- Su educación en el palacio de Yusuf III la convirtió en una de las mujeres más cultas del Renacimiento español.
Hoy, si paseas por el Partal o por las torres que miran al Albaicín, puedes imaginar a una joven María leyendo, estudiando, debatiendo… preparándose sin saberlo para hacer temblar al emperador.
Qué ver en Granada para seguir su historia
1. Jardines del Partal
Allí estaba el palacio donde nació. No queda el edificio, pero sí la alberca y parte de sus cimientos. Puedes ver y escuchar su nombre en nuestra ruta especializada por la Alhambra.
2. Albayzín
El barrio donde fue “rehén política” durante la revuelta de 1499. Nos puedes acompañar en nuestra visita por este barrio histórico.
3. Archivo de la Alhambra
Su familia dejó una huella documental inmensa en nuestra ciudad.
4. Mirador del Generalife
Donde se respira esa mezcla de belleza y tragedia como su propia historia.
Conclusión: la granadina que nunca se rindió
Mientras en Castilla todavía es recordada y venerada, en su ciudad natal, su figura ha quedado olvidada, y sin siquiera tener una triste calle, que recuerde que, la leona de Castilla nació aquí.
María Pacheco no solo fue la última resistente comunera, fue la granadina que desafió a un imperio, la mujer que aprendió latín entre albercas nazaríes, que amó sin miedo y que luchó sin tregua.
Y aunque sus huesos se perdieran en Oporto, su historia y su alma sigue viva en cada muralla de la Alhambra, recordando su resistencia.
Fuentes y referencias
Este artículo se inspira y resume información procedente de:
Crónicas comuneras del siglo XVI.
Relatos de Pedro Mártir de Anglería.
Investigaciones sobre la familia Mendoza y la Alhambra.
Estudios modernos sobre María Pacheco y Juan de Padilla.
